Gustavo se pone el traje
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Por Cristian Muriel | Los números duros dirán que ganó por 4 puntos. El diario del lunes, que si el Frente Chaqueño no le hubiera dividido el voto habría ganado por 22; que si a Zdero no lo hubieran dejado solo por ahí recuperaba otro Municipio para la UCR; que si Arévalo hubiese tenido más tiempo o mayor exposición no hubiese terminado tercero; que si los vecinos no hubieran sido tan renuentes a ir a votar no hubiese triunfado el aparato…
Gustavo ganó en todos los circuitos en los que podría haber ganado el peronismo y en varios que Aída le había birlado en 2011; Zdero conservó el centro; Arévalo no ganó en ninguno. Todo esto la prensa nacional lo sintetizó así: el peronismo retuvo la capital chaqueña.
El activo político local sabe que no es una buena noticia para Jorge Capitanich y que seguramente no lo es tampoco para su partido, porque el peronismo triunfante ahora está más dividido que antes, o en todo caso las divisiones están más expuestas que nunca, con heridos refugiados a ambos lados de la frontera y con un virtual doble comando.
Pero el ciudadano preocupado también sospecha que quizás sea una buena noticia para la democracia, en tanto Gustavo garantiza, a falta de un radicalismo vencedor en la capital, cierto equilibrio en la relación de fuerzas ante la inminente “tiranía” de un Coqui que viene enancado en la hazaña política recientemente obtenida, y que no le debe nada a nadie.
El ahora Intendente electo, que hizo de su gestión un acto de campaña y de su campaña un acto de fe, llegó con el último aliento, acusado por organizaciones feministas de llevar en la lista a un machirulo denunciado por violencia de género; acusado por Capitanich de financiarse con fondos públicos de ministerios y organismos del Estado que maneja como banca privada desde hace años; acusado por sus adversarios de desleal al darle la espalda a Alberto y a Cristina.
Pero con la taba ya echada esas nimiedades no le movieron el amperímetro a los resistencianos, y la única verdad es la realidad: en el nuevo mapa político Gustavo acaba de ganar, por primera vez y por mérito propio, una elección. Y qué elección.
Desde el punto de vista de la gestión, tendrá que levantar la vara, porque si los vecinos le perdonaron cuatro años sin legislar mientras ensayaba una intendencia paralela, será a él a quien le exijan respuestas cuando el agua entre a sus viviendas, y no se conformarán con un Chaque el Circo y festivales en plazoletas inundadas, ni con apuntarle a la pesada herencia.
Además, como atestiguan los 6212 votos obtenidos por Jacinto Sampayo, nada indica que los trabajadores municipales le vayan a hacer fáciles las cosas. Ciertamente, en este momento están de paro.
Gustavo ganó pero quedó en la base de la cadena alimentaria, con una Provincia y una Nación que lo alimentarán por goteo por haber pateado en contra. Ojalá redescubra la Política como arte de lo posible, por el bien de los vecinos.