Tras Cartón, una orquesta de hijos de cartoneros que postula un modelo musical federal

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 Tras Cartón, una orquesta de hijos de cartoneros que postula un modelo musical federal

La Orquesta Popular Tras Cartón, integrada por hijos de cartoneros de una cooperativa del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), y que es al mismo tiempo un programa musical y proyecto social integrador, tuvo su estreno con dos conciertos en Buenos Aires y se constituyó en una experiencia modelo que puede ser el germen para la conformación de un centenar de agrupaciones similares en todo el país.

Cerca de 35 chicos de 10 a 15 años, seis docentes de música y 10 educadoras conforman la Orquesta Tras Cartón, que irrumpió en escena con dos presentaciones, una en el Hotel Bauen y otra en el Aula Magna de la Facultad de Medicina, bajo la dirección de Julián Goldman.

Los músicos son hijos de familias de cartoneros de una cooperativa con trabajo territorial en Villa Caraza y Villa Fiorito, Lanús, y que alumbró a la Orquesta Juvenil, que hoy tiene como base operativa una sede del CTEP en Constitución.

“Es el proyecto más hermoso pero también el más difícil. Porque los chicos afrontan contrariedades impensadas, situaciones de las más injustas, porque a veces provienen de entornos cargados de violencias y la música les propone otro horizonte y una nueva forma de vincularse con los otros”, reflexionó Julián Goldman, reconocido charanguista y director general del proyecto.

La iniciativa, a su modo, es una suerte de continuidad de un antiguo programa del ministerio de Cultura llamado Andrés Chazarreta, creado por el charanguista Rolando Goldman y dirigido justamente a chicos de zonas desfavorecidas, que fue parcialmente interrumpido en 2015 y que contaba, entonces, con unas 50 formaciones musicales en las provincias y municipios.

“En una de aquellas orquestas, Musicantes, de San Martín de Los Andes, Asia -la hija de Juan Grabois (líder del MTE)-, era guitarrista. Y ahí nació la conexión con los movimientos sociales”, explicó Julián Goldman.

Grabois contactó a Rolando Goldman (charanguista y ex funcionario del ministerio de Cultura) y le propuso reconstruir aquel proyecto oficial, desmantelado, pero ya desde los movimientos sociales y no desde la estructura oficial. “Le dijo: hagamos 300 orquestas. Goldman le contestó: empecemos por una”, recordó Julián.

Aquella fue la génesis de Tras Cartón, un “piloto” de la nueva experiencia, que se inauguró en marzo de 2019 y que se propone, en el largo plazo, la proyección de cuatro orquestas en cada una de las provincias, con el mismo sentido social integrador.

El MTE, que sostiene en buena medida la el proyecto, es una organización que incluye a 300 cooperativas, 300 talleres y 2.000 militantes.

  • T: ¿Cuáles son los objetivos y las dificultades prácticas del programa, ya que la música, justamente, es una actividad que demanda una enorme disciplina?
  • JG: No es fácil resolver la cuestión de la continuidad ni que los chicos puedan venir todos los días a los ensayos. A cualquiera le puede surgir una situación, pero acá aparecen realidades muy complicadas. Pero el resultado es hermoso. Tuvimos dos presentaciones, en el Hotel Bauen y otra en la Facultad de Medicina, y ves que los chicos preparan un trabajo, los aplauden de pie con lágrimas en los ojos y eso los pone en un lugar que no suelen tener, especialmente estos chicos.

Con el tiempo ya pudimos ver un crecimiento. En algunos casos son chicos que vienen de entornos de violencias, donde cualquier limite se impone por lo menos con un grito, y acá los ves relacionándose de otra forma, construyendo otros vínculos, preocupándose por el otro. Es reparador lo que puede conseguirse con el trabajo musical.

Recuerdo mi primera semana, en la que aparecí con un montón de ideas musicales y, confrontado con la realidad, tuve que volver y replantear todo y empezar de otro lugar. Me tuve que ubicar en otro punto de partida. “Para tocar primero tenemos que escucharnos, primero tenemos que generar el clima de una orquesta”, les dije. Y empezamos desde ahí. La realidad siempre va re-acomodando los objetivos.

  • T: ¿Por qué elegiste enfocarte en este proyecto y no en programas docentes clásicos?
  • JG: Creo que en todos los oficios y profesiones es indispensable dedicar un espacio al laburo social, a la construcción colectiva que es, acaso, donde más hace falta estar. Apostar a construir otro tipo de vínculos, transformar realidades. A mí me toca hacerlo desde la docente y desde la música. En ese punto, Tras Cartón es un proyecto de largo plazo.

Comenzó ahora y el plan es que no se termine nunca.