4 de octubre de 2023

“Retroceder para avanzar, nunca para resignarse”

Opinión Política Provinciales

Por Cristian Muriel

En el acto central por el Día de la Bandera de este martes en Ciervo Petiso (donde el domingo el Frente Chaqueño ganó por 90,51% a 7,23%) Jorge Capitanich se comparó implícitamente con Manuel Belgrano, quien “también fue juzgado por las batallas perdidas”, y comparó -siempre de forma tácita- la derrota del domingo con el Éxodo Jujeño: “Implica el retroceso para avanzar, nunca para resignarse”.

Pero quiero compartir dos o tres ideas generales que me quedan como balance de las PASO de este domingo, como aporte al debate y la búsqueda de una salida sin subterfugios, para superar aquello que decía Napoleón Bonaparte: “La victoria tiene cien padres pero la derrota es huérfana”.

La primera cuestión es el contexto en el que se llevaron a cabo estas elecciones: a) la coyuntura macroscópica: posmacrismo, pospandemia, guerra y sequía promoviendo un presente de inflación galopante y pobreza para todos y todas; b) la coyuntura microscópica: femicidio de Cecilia Strzyzowski y su utilización política por medios tradicionales y por medios informales.

La segunda cuestión es el armado político autoinfligido por Jorge Capitanich: a) suspensión de las PASO y b) vuelta a las colectoras. Hay quien sumaría aquí un tercer ítem: su política de alianzas, especialmente, a la luz de la tragedia, con los movimientos sociales, pero personalmente no lo comparto.

Lo primero -la suspensión de las PASO- cayó con una sentencia judicial pero marcó un antecedente; lo segundo, la vuelta a las colectoras, tenía como objetivo que todo el mundo tributara a Capitanich, pero produjo también una considerable fuga de votos por goteo.

El día que juntó a los intendentes y les dijo que cualquier puntero podría abrirles un frente político, Capitanich selló la suerte de su estrategia, que no era otra que su propia reelección. “Con vos venimos ganando de 2007 para acá”, le dijeron los jefes comunales. “Seguiremos por esta senda compañero”. Compañero las pelotas. Le mentían.

El corte de boleta que se produjo en la mayoría de las 70 localidades del Chaco es la respuesta. Capitanich sacó menos votos que los precandidatos a intendente, especialmente quienes aspiraban a ser reelectos. Es la primera vez que Coqui, en vez de traccionar votos, los pianta.

Si la operación de prensa logró en pocos días lo que Leandro Zdero y Juan Carlos Polini no habían conseguido en un año de campaña, el armado del propio Capitanich aportó lo suyo.

La política está hecha no sólo de números. Y como dice el dicho: el Diablo está en los detalles.

La relación del gobierno con la Justicia, tirante y fría como nunca por una acumulación de roces menores, también terminó jugando este domingo.

Cuando días atrás el Frente Chaqueño le pidió al Tribunal Electoral que retirara los nombres de los aliados-imputados de las listas, el organismo se tomó dos días para analizarlo, y al final respondió que no había “tiempo material” para imprimir nuevas boletas, de modo que accedía a la anulación de las candidaturas pero las boletas seguirían en cada cuarto oscuro, para recordarles a chaqueños y chaqueñas con quién se había asociado Jorge Capitanich.

Al mediodía del domingo, mientras el 58% del padrón votaba a regañadientes, en Facebook Quintín Gómez, dirigente social y precandidato a diputado provincial por la lista oficial de Jorge Capitanich, se jactaba del asado que estaba compartiendo con Mauro Andión, presidente del IAFEP, y el dirigente piquetero Tito López. Poco antes, Tito López le había dicho en una entrevista a Luis Gasulla para el programa de Luis Majul: “Los negocios que le sirven a Capitanich es hacer muchas fundaciones… vos no tenés idea de dónde estamos parados, esto es una mafia terrible”. Hoy cualquiera forma parte de este gobierno. Entonces que no pongan caras de sorprendidos.

Dicho lo anterior, en mi opinión el gran dato político del domingo es la estrepitosa derrota de Ángel Rozas, que se cansó de profetizar el fin de ciclo de Jorge Capitanich y terminó siendo testigo privilegiado del suyo. La UCR tiene un nuevo jefe y la oportunidad histórica de ratificarlo en septiembre. Es el epílogo de casi treinta años de rozismo, y con ellos de la buena vida de un puñado de inquilinos que tendrán que salir a buscar laburo.

Pero también importa cómo va a hacer Jorge Capitanich para llamar a la reflexión a decenas de miles de chaqueños y chaqueñas que el domingo sucumbieron ante una acumulación de malas noticias.

Cómo va a reformular su relación con los movimientos sociales. Cómo va a analizar su vínculo con otras líneas internas, hoy dispersas, del peronismo.

Cómo piensa -si lo piensa- reformular su gabinete de cara a la recta final, donde nada puede estar librado al azar.

Cómo va a hacer para “poner en valor” cada vivienda, cada kilómetro de ruta, cada canilla con agua potable y cada nueva conexión eléctrica edificadas pacientemente desde 2007 hasta la fecha.